Descansar en la salvación
Escuela Sabática Joven.
Deuteronomio 5:12-15
Julian C. Mendoza
Desarrollo:
Cuando Jesús
creó el sábado como día de descanso al final de la semana de la creación (Gn.
2:1-3), lo hizo para invitarnos a su descanso:
“También les dijo: El sábado fue hecho por causa del hombre,
y no el hombre por causa del sábado”. (Marcos. 2:27).
Como ya se
comentó en la lección 4 (lección anterior), incluso en un mundo sin pecado, ese
descanso significaba el reconocimiento de la dependencia de Dios. Sin embargo,
cuando el pecado entró en el mundo, el descanso pasó a significar aún más.
Dios proclamó su santa ley en medio de
truenos y relámpagos, Si bien los exigentes preceptos del Decálogo hacen
resaltar la justicia de su Autor y el rigor de sus requerimientos. La Ley era también un
recordativo de la gracia divina, pues el mismo Dios que proclamó la ley es
Aquel que sacó a su pueblo de Egipto y lo libró del yugo de servidumbre. Es Aquel que dio las preciosas promesas a
Abrahán, Isaac y Jacob.
Dios precede
a los Diez Mandamientos con una declaración sobre la salvación:
"Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de
Egipto, de la casa de servidumbre (pecado o Egipto Espiritual)" (Éxodo 20:2)
“Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de la casa de servidumbre” (Dt. 5:6).
Puesto que las Escrituras hacen de Egipto un
símbolo de pecaminosidad (Apocalipsis 11:8), la liberación de Israel de la
esclavitud egipcia bien puede compararse con la liberación de todo el pueblo de
Dios del poder del pecado. El Señor
libró a los suyos de la tierra de Faraón a fin de que pudiera darles su ley (Salmos
105:42-45). De la misma manera, mediante
el Evangelio, Cristo nos libra del yugo del pecado (Juan 8:34-36; 2 Pedro 2:19)
para que podamos guardar su ley, que en él se traduce en verdadera obediencia (Juan
15:10; Romanos 8:1-4).
Es porque ha
redimido a los israelitas de la esclavitud —al igual que nosotros liberándonos
del Egipto espiritual— que Dios espera ahora un cierto tipo de comportamiento. Primero
viene la salvación o liberación. Y luego la obediencia.
Ahora que
conexión tiene esto con el “cuarto mandamiento: El Sábado”, bueno mucho El tema
de la redención se repite en la articulación del cuarto mandamiento en el
Deuteronomio: "Acuérdate de que fuiste esclavo en la tierra de Egipto,
y que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano poderosa y brazo extendido;
por eso el Señor, tu Dios, te mandó guardar el día de reposo" (Deut.
5:15). Mientras los israelitas eran esclavos en Egipto, Dios los sacó y les dio
descanso de su trabajo de esclavos. En recuerdo del descanso que recibieron al
ser liberados de Egipto, los israelitas debían guardar el descanso del sábado
cada semana.
Vemos el
mismo poder activo en la Creación como en la redención, y la observancia del
sábado vincula estos dos eventos en nuestra conciencia. El Dios que nos creo es
el mismo que nos redimió. Por lo tanto, El Sábado conmemora su obra de Creación
y refuerza nuestra confianza en su obra de redención.
Así como el
Israel literal fue liberado de la esclavitud de Egipto, el pueblo de Dios hoy
ha sido liberado de la esclavitud del pecado (Rom 6:16-18). De esta manera el sábado llega a ser, para el cristiano, no sólo un
monumento recordativo de la creación, sino también de la nueva creación de la
imagen de Dios en su propio corazón y en su propia mente. Así el sábado
llega a ser una "señal" de santificación (Ezequiel 20:12); de
redención tanto como de creación.
Cuando Dios
libró a Israel de su esclavitud en Egipto, el sábado que ya era el monumento de
la creación, se convirtió además en un monumento de su liberación (Deut.5:15).
En nuestros días, el hombre también necesita escapar de la esclavitud que
proviene de la codicia, de las ganancias y el poder, de la desigualdad social,
y del pecado y el egoísmo. Es cuando nuestra mirada se dirige a Jesús, y es
entonces cuando el descanso del sábado se destaca como un símbolo especial de
la redención.
“El amor, base de la creación y de la redención, es la base
de la verdadera educación”. (Ellen G. White, Counsels to Parents, Teachers, and Students
(Mountain View, CA: Pacific Press, 1913), 32.)
“Para todos los que
reciben el sábado como signo del poder creador y redentor de Cristo, será
un deleite. Al ver a Cristo en él, se deleitan en él. El sábado les
señala las obras de la creación como una evidencia de su poderoso poder en la
redención. Mientras recuerda la paz perdida del Edén, habla de la paz restaurada
por medio del Salvador. Y cada objeto de la naturaleza repite su invitación:
"Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré
descansar". Mateo 11:28.” (White, The Desire of Ages, 289.)
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