Primer sello. (Apocalipsis 6:1-2)

 

Primer sello. (Apocalipsis 6:1-2)

Y MIRÉ cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí á uno de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven. Y miré, y he aquí un caballo blanco: y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fué dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.

Lo que juan primeramente al observar es “un caballo blanco”; el blanco sin lugar a duda evoca o es símbolo de la pureza y santidad (Apocalipsis 3:4,5), en este pasaje citado relaciona expresa y estrechamente estos símbolos.

En el antiguo imperio romano, era usual que cuando general saliese victorioso en una guerra o batalla desfilara sobre un caballo blanco delante de su pueblo y/o ciudad para así celebrar una victoria triunfal.[1]

De acuerdo con muchos comentadores modernos, esta escena es literal y se refiere a un poder militar y a una conquista en el siglo primero. El caballo blanco y su jinete describiría a los Partos, un pueblo guerrero que vivía en la frontera oriental del Imperio Romano, que fueron enemigos de los romanos y una constante amenaza para ellos.[2] Este era uno de los únicos enemigos que temían los Romanos y además eran el azote de Roma. Esta imagen en particular le seria familiar a los Romanos y todos los habitantes de Asia, así que lo reconocerían al instante.[3] Estos “Fueron famosos en la guerra como jinetes por la velocidad de sus movimientos y su habilidad en el uso del arco y las flechas”. [4] El arco, entonces, siempre representaría un poder conquistador y militar. El año 62 d C. tuvo lugar un acontecimiento sin precedentes: un ejército romano había sometido a Vologeso, el rey de los partos. Los partos montaban caballos blancos, y eran los arqueros más famosos de la antigüedad. «Disparar la flecha del parto» sigue siendo en muchas lenguas el golpe final, irresistible y devastador, que alude tal vez a la habilidad de los jinetes partos de acribillar al enemigo disparando sus arcos por encima del hombro cuando fingían una retirada. Así es que el caballo blanco y su jinete con arco representan el militarismo y la conquista.[5] El caballo esta especialmente relacionado con la guerra (Job 39:19,25; Proverbios 21:31; Salmos 76:6; Zacarías 9:10; 10:3; Jeremías 6:23; Isaías 43:17) en este caso con una guerra espiritual.

Según lo describe la escritura nuestras armas de nuestra milicia “no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4) y como también comenta la palabra es que nuestros hermanos son compañeros de milicia (Filipenses 2:25; 1 Timoteo 1:18; Filemón 1:2) y nosotros somos soldados de Jesucristo (2 Timoteo 2:3) y por tanto que militamos no nos enredamos con los negocios de la vida (2 Timoteo 2:4), teniendo en mente esto nos brinda de luz respecto a la interpretación.

Este pasaje del primer sello tiene un trasfondo en el antiguo testamento, para esta imagen se pueden encontrar en Habacuc 3:8-9 y Salmos 45:3-5, donde Dios monta un caballo con un arco en su mano.  Apocalipsis 19:11-16 presenta un caballo blanco y sobre él un jinete llamado Fiel y Verdadero, el Cristo victorioso, con muchas coronas de victoria, El que monta a este caballo es “Jesús” como lo deja bien el claro el pasaje. Otro texto de donde el primer sello puede estar haciendo alusión es la que se menciona en Zacarias 10:3-6 en donde se compara a Juda como un caballo que cabalga a la victoria. El color que pose este caballo como ya hemos señalado es símbolo de pureza y santidad. (Salmos 45:3-5; 51:7; Isaías 1:16) También declara la palabra profética que salió “venciendo para vencer”, que literalmente seria “venciendo con el fin de vencer” o es decir “una victoria continua”.[6] Este jinete lleva una corona que en griego es “stefanos” que se le daba al vencedor (Apocalipsis 2:10) y es utilizado en otras partes de la escritura para referirse a la batalla de la fe: Santiago 1:12: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”;2 Timoteo 4:7-8:“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.  Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”; 1 Corintios 9:24-27: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado; este además poseía un arco que es símbolo de fuerza. (Job 29:20; Genesis 49:24)[7] En 2 Reyes 13:17 El arco y las flechas representan la victoria de Dios sobre los enemigos de su pueblo, en la derrota final de Babilonia, sus valientes serían llevados cautivos, y sus arcos quebrados, es decir, su poder militar sería destruido Jeremías 51:56. “Aquel día quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel” (Oseas 1:5). Vemos entonces que en el Antiguo Testamento, Dios a veces es pintado como montando un caballo con un arco en su mano, saliendo, conquistando a sus enemigos y a los enemigos de su pueblo, y trayendo salvación a su pueblo, Dios quiebra el arco, destroza la lanza e incendia los carros; es decir: no le puede resistir ningún poder militar humano Sal 46:9. Aunque es cierto que el arco a veces se usa en el Antiguo Testamento como un símbolo de fuerzas enemigas, también se utilizada como un arma de Dios (Isa. 41:2; Lam. 2:4; 3:12; Hab. 3:8–9; Zac. 9:13). La corona stéfanos que ciñe el jinete se usa siempre en el Apocalipsis con referencia a Cristo o a su pueblo, y es adecuadamente ceñida por Cristo a la luz de su acto de vencer en la cruz (Apoc. 5:5–6) y la victoria de su pueblo al vencer el pecado por medio de su sangre y del testimonio de ellos (Apoc. 12:11).[8]

Uno podría preguntarse ¿no represente el caballo blanco al anticristo? ¿todo el mundo cristiano tiene en mente esto cuando se habla del primer sello? La respuesta es No; toda la evidencia corresponde a que no. De acuerdo con los comentaristas cristianos contemporáneos entienden a el jinete blanco con que representa “al Anticristo y las fuerzas del mal” como los adversarios del evangelio[9] quienes han propuesto esta idea alegan que siendo que los otros tres caballos traen plagas, también lo hace éste. Señalan a los pasajes del Antiguo Testamento en los que el arco se usa como un símbolo de los enemigos del pueblo de Dios (cf. Jer. 49:35; 51:3, 56; Eze. 39:3; Ose. 1:5). También señalan al hecho de que la falsificación es realmente uno de los temas clave de la segunda mitad del Apocalipsis; los capítulos 11 y 13 describen a la bestia que conquista al pueblo de Dios en el lenguaje que se encuentra en 6:1-2. Además, notan la cantidad de diferencias entre el jinete del caballo blanco del primer sello y el jinete en Apocalipsis 19 quien es Cristo. Todos estos comentadores al ver estos puntos sugieren que el jinete de 6:1-2 es el Anticristo, pero el mismo hecho como nota Ladd, el color blanco en el Apocalipsis es “consistentemente un símbolo de Cristo, o de algo asociado con Cristo, o de una victoria espiritual” [10]no con un poder opositor u falsificador, como muchos de ellos alegan.

Es por tanto razonable concluir, que el jinete del caballo blanco del primer sello simboliza la difusión del evangelio por todo el mundo), es razonable concluir, por lo tanto, que el jinete del caballo blanco simboliza la victoria de Jesucristo como el Jinete y el caballo como el pueblo de Dios, es decir la iglesia de los primeros siglos[11], por así comentar paralelo a la carta de la iglesia de Éfeso. (31-100 D.C)

Estos sellos están enfocados mas bien a lo exterior de la iglesia, contario a las siete cartas del apocalipsis en que se denuncias o censuran sus herejías y/o errores doctrinales, aquí se da un ángulo o punto de vista distinto, pero paralelo proféticamente y concluyendo con la venida de Jesús y respectivo a su obra. Los sellos nos amplían la visión y nos brinda de datos extras e información, esto lo podemos ver en las diferentes profecías, por dar un ejemplo las que se presentan en el libro de Daniel. (Daniel 2; cf. Daniel 7;9.)



[1] Barclay, The Revelation of John, 2:178.

[2] Charles, 1:160; Caird, 122; Barclay, The Revelation of John, 2:4; Morris, 102.

[3] COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO – BARCLAY Apocalipsis 6:1-2

[4] Ladd, 97.

[5] COMENTARIO AL NUEVO TESTAMENTO – BARCLAY Apocalipsis 6:1-2.

[6] Ver Biblia Peshitta.

[7] Ver en NTV.

[8] La Revelación de Jesucristo p. 233. Ranko Stefanovic.

[9] Johnson, 473.

[10] Ladd, 98.

[11] Paulien, “The Seven Seals”, 229.

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