E. J. Waggoner nos dice en "Cristo y Moisés" La Verdad Presente 9, 35: "Porque la ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo". Juan 1. 17. "Parece existir un extraño prejuicio contra Moisés, de parte de un gran número de profesores de religión. Si se cita algo de sus escritos, la respuesta es: "Oh, eso fue escrito por Moisés"; O "Esto está en la ley de Moisés". Como si este hecho bastaría como impedimento de su autoridad." {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.5} Sin duda la razón de este prejuicio se encuentra en el texto citado arriba: "La ley fue dada por Moisés". El prejuicio contra Moisés no es contra él principalmente, sino contra la ley, con la cual estaba tan estrechamente asociado. No encontramos personas que hacen excepciones de otras porciones de la Escritura, sobre la base de su escritor. Los hombres no dicen: "Oh, eso fue dado por Pablo", o "Eso está en los escritos de Jeremías", cuando se citan pasajes de esos escritores. Y la razón, sin duda, es que en los escritos de Moisés se encuentran las cosas que más directamente parten las ideas y prácticas del hombre. "La ley fue dada por Moisés", y por lo tanto Moisés es desacreditado. La ley no es despreciada porque Moisés la escribió, pero Moisés es desacreditado porque escribió la ley. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.6} No importa lo que los hombres pueden pensar de Moisés y sus escritos, ni él ni ellos están en lo menos desacreditados en la Biblia. A los que hablaron con desprecio de Moisés, el Señor dijo: "Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?" Num. 12: 6-8. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.7} De nuevo, después de la muerte de Moisés, se registra, "Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel". Deut. 34:10- 12. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.8} Casi la última palabra del Antiguo Testamento se refiere a los meros últimos días de la historia de la tierra, cuando "las obras que en ella hay serán quemadas", y los justos serán salvos; Y al pueblo en este tiempo se le da esta exhortación: "Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb estatutos y juicios para todo Israel". Mal. 4:4. Y luego se promete el profeta Elías, para traer estas cosas a la memoria para evitar que venga la destrucción total sobre la tierra.{30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.9} El texto anterior presenta el hecho de que la ley de Moisés no es algo que se originó con él. "Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, que mandé en Horeb para todo Israel". A través de los libros de Moisés encontramos la enseñanza introducida así: "Y el Señor dijo a Moisés". Y según le era dicho, Moisés decía a los hijos de Israel: "He aquí yo os he enseñado estatutos y juicios, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta". Deut. 4: 5, 6. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.10} Así encontramos que Moisés, al igual que todos los otros profetas, habló solamente las palabras del Señor. Él no reclamó nada para sí mismo, y nada se originó con él. Es costumbre hablar de él como un gran legislador, pero él sólo lo era porque actuó como el portavoz del Señor. La ley fue dada por Moisés de la misma manera que preceptos fueron dados por otros profetas, y por los apóstoles. Pedro dijo que él mismo escribió: "Para que seáis conscientes de las palabras que fueron dichas antes por los santos profetas, y de los mandamientos de nosotros los apóstoles del Señor y Salvador". 2 Pedro 3:2. Pero el Apóstol Pablo dijo: "Las cosas que os escribo son mandamientos del Señor". 1 Cor. 14: 37. Agradeció a Dios que los tesalonicenses recibieran la palabra que predicaba, no como la palabra de los hombres, sino como es en verdad la palabra de Dios. 1 Tes. 2: 13. Los apóstoles no dieron mandamientos de su propia autoridad, sino de Dios. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.11} Mientras el Señor hablaba los diez mandamientos con su propia voz, en oído de todo el pueblo, los detalles de la ley fueron comunicados sólo a través de Moisés. Fue él quien los escribió en un libro, para el uso permanente del pueblo (porque nadie podía mirar las tablas de piedra dentro del arca); Y a él le debemos este conocimiento aun por el hecho de que fueron hablados siempre por el señor. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 547.12} Desacreditar a Moisés, es deshacerse de Cristo. El Señor habló así a Moisés acerca de Cristo: "Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y Él les hablará todo lo que yo le mandare. Más será, que cualquiera que no escuche mis palabras que Él hablare en mi nombre, yo lo llamaréa cuentas". Deut. 18: 18, 19. Y Cristo dijo a los que no creyeron en Él, pero que profesaron creer a Moisés: "Porque si hubieseis creído a Moisés, me creeríais a mí; porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?" Juan 5: 46, 47. Así que quien desprecia a Moisés, rechaza a Cristo. {30 de noviembre de 1893 EJW, PTUK 548.1
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