LA PERPETUIDAD DE LA LEY DE DIOS.

 La santa Ley de Dios siempre fue el objetivo del odio de Satanás porque rige el gobierno de Dios. Claro, él fue el primero en transgredir el décimo mandamiento que manda "no codiciar" y él codició el trono del Altísimo (Isaías 14:12-14). Desde entonces, la Ley ha pasado a ser el eje de este gran conflicto entre el bien y el mal. Satanás se esfuerza en llevar a todos en contra de los mandamientos de Dios presentándoles diferentes argumentos, y a través de la historia y la profecía confirmamos tales intentos por medio de instrumentos tales como el "cuerno pequeño". Por otro lado, Dios siempre se ha reservado a través de esta lucha milenaria, un pueblo que respetaría y enseñaría la perpetuidad de su Ley.


LA LEY EN EL EDÉN


En el Edén no había pecado pero había restricción. A través de árbol prohibido, Dios quiso probar la obediencia de Adán y Eva. Su elección era voluntaria (Génesis 2:16,17). El mandamiento que transgredieron nuestros primeros padres fue el mismo que transgredió Lucifer en el cielo, el décimo mandamiento; porque ellos codiciaron el fruto prohibido (Génesis 3:6). Como consecuencia vino el dolor, el sufrimiento y la muerte para todos los hombres (Romanos 5:12). De esta manera entró el pecado a la tierra, por la transgresión de la Ley, "pues el pecado es transgresión de la Ley" (1 Juan 3:4), ya que sin Ley no hay pecado (Romanos 7:8). Claro que en el tiempo de Adán y Eva la Ley no estaba escrita, pero existía, de lo contrario no habría pecado, pues el pecado es la "transgresión de la Ley". Después, para que el hombre se acordara siempre de la Ley, Dios la escribió en dos tablas de piedra.


LA LEY EN EL ANTIGUO ISRAEL


Dios escribió la Ley con su propio dedo (Éxodo 31:18) y se la entregó a Moisés en el Sinaí (Éxodo 20:3-17). Esto no significa que la Ley fue sólo para los israelitas, lo que sucedió es que Israel se había apartado de Dios y olvidado sus mandamientos: fue pues necesario que les recalcase la Ley en dos tablas de piedra. La Ley de Dios es eterna. No pasa ni cambia (Salmo 119:142-144.152). La ley de los diez mandamientos se convirtieron en parte de la vida religiosa de Israel, era tan sagrada que fue colocada en el lugar más sagrado del santuario: en el lugar santísimo (Éxodo 25:21: 31:18) que representaba el trono de Dios. Eso significa que la Ley forma parte del gobierno divino.


LA LEY EN EL PUEBLO CRISTIANO


Jesús advirtió que no vino a cambiar la Ley, ni mucho menos a anularla (Mateo 5:17): más bien pidió que si lo amamos guardemos sus mandamientos (Juan 14:15). Cristo vino para deshacer las obras del diablo y no la Ley de Dios (1 Juan 3:4.8.9). Los apóstoles guardaron la Ley (Romanos 7:7.12).


LA LEY EN EL SANTUARIO CELESTIAL


La Ley de Dios forma parte del santuario celestial, por dos razones:

1. El santuario terrenal era un prototipo del celestial: por lo tanto, la ley estaría también en el santuario celestial (Éxodo 25:40; Hebreos 9:24).

2. El arca del pacto era llamada así (Deuteronomio 10:8) porque las tablas de los diez mandamientos eran llamadas “tablas del pacto" (Deuteronomio 9:9.11): las cuales estaban dentro del Arca (Hebreos 9:4). Por esa misma razón Juan llama "arca del pacto" al arca que vio en el santuario celestial (Apocalipsis 11:19).

Así como el santuario terrenal fue el centro de la vida religiosa de Israel, también lo es el santuario celestial para los cristianos de hoy. Recordemos que una de las actividades del "cuerno pequeño" era echar por tierra el santuario" (Daniel 8:14): por lo tanto, si negamos el santuario celestial, también negamos la santa Ley de Dios y automáticamente nos colocamos de parte de Satanás. Ningún argumento contra la Ley de Dios tiene base bíblica.

Cuando, por la misericordia de Dios, se le permitió a San Juan contemplar en visión a los redimidos de Dios, ¿quiénes forman parte de este grupo? "Los que guardan los mandamientos de Dios" (Apocalipsis 14:12). Nosotros, si queremos, podemos formar parte de este pueblo fiel.

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